Una de las actividades marcadas en rojo durante el verano es pasar un buen rato bajo el agua, contemplando los diferentes peces, plantas, algas, fondos rocosos y hasta algún pulpo que otro.
Uno de los lugares que habitualmente vamos por su cercanía a la costa, con aparcamiento y aguas normalmente tranquilas es la playa del Carabassí, concretamente donde terminan las rocas y empieza la arena (más detalle ver el mapa adjunto)
En esta ocasión me llevé la boya de pesca submarina donde llevaba las llaves y cartera, un poco de agua y de paso servía para descansar un poco los nenes, aunque estábamos a escasos metros de tierra firme, les hacía ilusión imitar «descansar» sobre la boya.